Las grandes crisis son una puerta abierta a la reinvención. Esto resume lo ocurrido en los últimos años con la preselección finlandesa para Eurovisión: el Uuden Musiikin Kilpailu. Más conocida internacionalmente por sus siglas, UMK.
Después de años de estancamiento del clásico Euroviisut, el nuevo formato establecido por la YLE pretendía servir como escaparate a creadores de música emergente venidos de toda Finlandia. De manera similar a competiciones como el EMA Fres de Eslovenia o, salvando las distancias, la categoría Emergenti en Una Voce Per San Marino.
A pesar de ello, el propósito original se fue diluyendo para dar paso a los viejos hábitos y vicios del país escandinavo, convirtiéndose en la respuesta patria al Melodifestivalen sueco. Con un añadido extra: frente al carácter conservador de los suecos, el público finés es tremendamente volátil. Muestra de ello es el ramillete de candidaturas ganadoras de la ‘pre’, desde la balada sueca de Pernilla en 2012 a las propuestas rockeras de Softengine o PKN.
Esta reconversión a un certamen al uso comenzó a hacer mella en la marca UMK, agravándose la crisis en 2018. En este año, la televisión pública finesa decide desechar todos los temas recibidos por convocatoria abierta y hacer un ‘dedazo’ a Saara Aalto, convirtiendo el UMK en una gala de elección entre tres canciones. Al año siguiente la situación sería la misma, convirtiendo a Darude en su abanderado tras haber sido la opción ‘cuarenta y tantos’ en las preferencias del equipo de la YLE.
Repensando el repensamiento
Los malos resultados cosechados desde 2015, entre los que solo destacó el penúltimo puesto de Saara Aalto en la final de Lisboa, abocaron a replantear el UMK. El principal objetivo era recuperar el favor de una industria musical finlandesa que no apostaba por Eurovisión como un gran escaparate. Un proceso que se inició en 2020 y que floreció con la viralidad de Erika Vikman en las listas de éxitos del país gracias a su ‘Cicciolina’, que se quedaría cerca de representar a Finlandia en el Eurovisión que se llevó el coronavirus.
Esta nueva visión de la delegación finesa fue el germen para que en 2022 nos encontremos frente a una de las preselecciones más punteras de la temporada, reforzado además por el gran resultado cosechado en 2021 por los Blind Channel, que conquistaron la mejor puntuación histórica para su país.
¿Sus claves? Una selección musical reducida, que prima la calidad y ha permitido atraer tanto a primeros nombres de la música finesa (The Rasmus o Haloo Helsinki, compositores del tema de Tommi Lantinen) y a artistas emergentes, como BESS o Younghearted.
Pero este reportaje, primera pieza de una trilogía que podréis leer durante toda la semana en nuestra página web, no tiene como objetivo analizar el UMK desde un punto de vista musical. Si no en aproximarse desde otra óptica: cuidar el producto para vendérselo al potencial cliente, cosa que Finlandia ha entendido muy bien en algo tan sencillo como la presentación de los siete temas competidores en su final nacional.
El equipo de Euromovidas se ha sentado con Heikki Slaen, director de los siete vídeos que la YLE hizo junto a los artistas para presentar sus canciones ante el mundo.
Parte 1: Encontrar el concepto
De forma evidente, la YLE ha destinado en los últimos años mayores recursos a la creación de los videoclips. No solo desde el punto de vista económico, también en la incorporación de profesionales como Heikki Slaen, que cubren un trabajo anteriormente asignado a profesionales con otras tareas en la producción, teniendo que simultanear ambos trabajos e impidiendo que los vídeos llegasen con una identidad 100% acorde al artista.
El día 25 de septiembre comienza el proceso para vestir los siete temas elegidos por la YLE. Para ello, el tándem formado por Heikki y Elias Koskimies, productor del UMK empiezan a elaborar el planteamiento para cada una de las canciones, que florecerá seis semanas después. Noviembre es la fecha límite para tener grabados los vídeos, que entran en fase de posproducción en diciembre y enero, hasta su lanzamiento a mediados del primer mes del año.
En 2022 también se produce una situación curiosa: el propio Elias cede el testigo a un productor sueco para la preproducción de la gala en directo, mientras que él decide acompañar a Heikki en la conceptualización de los siete vídeos.
Un proceso que es bidireccional entre la televisión pública y los artistas. Frente a un concepto cerrado, como pudieron presentar Rayden o Blanca Paloma a RTVE para el Benidorm Fest, los artistas fineses aportaban a la YLE un moodboard con referencias, inspiración, fotografías e ideas que reflejasen cómo se veían ellos como artistas.
Este trabajo es importante porque, aunque se hace para los videoclips, permite después a todo el equipo de la YLE tener información relevante sobre todos los artistas que les permita definir mejor cómo son las puestas en escena, ya que equipos como maquillaje, peluquería o vestuario son los mismos para la gala.
En paralelo, Heikki y Elias ya estaban desarrollando sus conceptos con las primeras ideas, por lo que todas las ideas acabarían confluyendo después de tres procesos creativos distintos. “Al pasar una semana, tuvimos cuatro jornadas completas en las que nos sentamos con los artistas y repasamos toda la información (…) hablando, hablando y hablando con ellos. Buscando referencias de películas, enseñándonos videoclips, cuadros, contándonos historias. Entonces yo apuntaba lo primero que se me venía a la cabeza (…) y después lo miraba todo con perspectiva desde mi despacho en casa para comenzar a escribir”.
Hay que tomar una decisión
Con los conceptos ya trabajados, el equipo creativo se los presentó a los artistas en reuniones de 45 minutos para ver sus reacciones ante las propuestas. “No solo se trataba de vender la idea, también era nuestra forma de transmitirles cómo pensábamos que podíamos reforzar a cada artista de cara a la competición”.
“Hubo artistas como Isaac Sene que llegaron con una visión muy clara de lo que querían mostrar, nos dieron gran cantidad de información y nosotros simplemente tuvimos que simplificarlo”. En otros casos, como BESS, el proceso acabó llevando a una solución que convenció rápido a todas las partes.
Sin embargo, hubo participantes con los que no fue tan sencillo dar con el concepto final que vemos en los videoclips del canal del UMK:
“Con uno de los participantes no fue tan fácil: Teníamos una idea y la banda se mostraba positiva ante ella, pero Elias me dijo que no iba a funcionar. La banda está colaborando con nosotros, pero notábamos que no habíamos encontrado el espíritu del tema y debíamos descartar el trabajo hecho”.
Pero convencer a los artistas del concepto creativo no era la única negociación que Heikki y su equipo tuvieron que afrontar. Mención especial para la banda Younghearted, cuyo concepto final fue decidido en mitad de la grabación.
“Estaba hablando con el pinganillo con los operarios de cámara y estaban haciendo unos movimientos muy interesantes durante la grabación, explorando el espacio de diferentes formas. Y no sentíamos la necesidad de cortarlo”. Fue así como surgió el plano secuencia que se ve en el producto final, que necesitaba luz verde de todas las partes, artistas, discográfica y producción para poder llevarlo adelante.
“Nos reunimos con la manager de la banda, que nos avisó de las dificultades a las que nos enfrentábamos. Necesitábamos 3 horas para poder encontrar la grabación perfecta en una sola toma, así que teníamos que tomar decisión: arriesgamos o volvemos al plan inicial”.
Y esto son solo 3 horas de las 6 semanas que necesitó el equipo de la YLE para crear los vídeos. Esta será la próxima parada de este reportaje.
