Durante los últimos días se han sucedido varias polémicas en torno al Benidorm Fest 2023. Desde las palabras de Aritz Arén respecto a compañeros como Agoney o Blanca Paloma, pasando por la publicación del acta de la votación del comité de selección o supuestas filtraciones sobre las puestas en escena. Fuese cual fuese escenario, la palabra respeto ha salido a la luz en más de una ocasión.
De hecho, llevo varios días contrariado con tanto dimes y diretes respecto al respeto. Quiero recoger el guante que lanzó Kenzy de Megara en la entrevista que le hicieron mis compañeros Carlos y Jony hace unos días en esta misma casa. La vocalista lanzaba una pregunta que no me pareció nada mal encaminada: ¿cómo nos sentiríamos los medios de comunicación si los artistas decidieran hacer una votación pública respecto a nuestro contenido y las entrevistas que hacemos?
Si somos realistas, ya nos sometemos a ese escrutinio de forma pública. No solo con los artistas, también con parte del fandom y con sus equipos. Lo ha repetido mi compañero Luis en varias ocasiones y estoy de acuerdo con él: estamos en una edición del Benidorm Fest con los ojos de los artistas mucho más puestos en las redes sociales que el año pasado, y eso al final acaba pasando factura de una manera o de otra.
Los que estamos en los medios de comunicación tenemos una responsabilidad sobre nuestros hombros. No solo por lo que decimos, también en la forma que lo decimos. Ahí es donde está la clave del respeto.
Discrepo bastante respecto a lo que decía Kenzy en Twitter: valorar y ordenar las candidaturas de un concurso como el Benidorm Fest no tiene por qué ser una falta de respeto si se entiende que esto como lo que es, un espectáculo de televisión en el que vas a elegir un tema que te va a representar en un certamen aún mayor. Evidentemente a nadie le gusta ocupar la última plaza de ningún ranking y eso puede desmoralizar hasta a quien tiene mayor entereza, pero es humano querer dar forma y estructura a las cosas.
Como tampoco entiendo que haya gente pretendiendo que no se dé difusión a la clasificación de los temas que hizo el comité de RTVE para elegir a los finalistas. Es como intentar tapar el cielo con una mano. El artista que haya querido enterarse de su posición para el comité ya lo habrá hecho y hacer como que esa información no está pública es casi más absurdo que haberlo publicado antes de que se produzca el certamen.
La reflexión respecto al respeto y el Benidorm Fest, creo yo, debe ir más por las formas que no por el contenido de lo que se está diciendo (a menos que el fondo de lo que se esté diciendo sea realmente problemático, evidentemente). Lo que tampoco se puede hacer es intentar es edulcorarlas, porque no es honesto y mucho menos constructivo.
Ahora cualquiera que me lea puede decir vaya quién fue a decirlo, el que durante una temporada no se ha quitado el puta mierda de la boca. Y seguramente tengáis razón. Cuando haces un formato como Euromovidas, donde al final lo que intentamos es hacer entretenimiento basado en Eurovisión, es posible que acabes dejándote llevar demasiado y no midas tus palabras.
En definitiva, el respeto no puede ser mal entendido como un exceso de corrección que nos acabe impidiendo decir lo que pensamos. ¿Por qué vamos a dejar de hacer cosas que nos definen como comunidad y que nos ayudan a entendernos mejor entre nosotros? Tops, vídeos, podcasts, programas. Si nos quitamos eso como comunidad, nos quitamos nuestra propia voz e identidad, dejando de construir.
Quizás lo que deberíamos de comenzar a hacer es pensar dos veces cuando hablamos sobre el Benidorm Fest o cualquier otra preselección. Lo mismo así, en lugar de decir puta mierda, seremos capaces de decir las cosas sin necesidad de perder el respeto. Ese debe ser el punto.