La luna me embrujó y me llevó hasta ti. Así comienza la canción con la que Azúcar Moreno representaron a España en 1990 y que, probablemente, haya inspirado la puesta en escena de Blas Cantó. El artista murciano ha pisado esta mañana el Ahoy Arena para hacer su segundo ensayo, con todas las miradas dirigidas hacia el globo de 6 metros que preside el escenario.
Gran maniobra publicitaria de César Vallejo, director del falso documental que narrará qué habría pasado si España hubiese vencido en Zagreb. ¿Darle protagonismo absoluto a la luna como nexo entre la candidatura de las hermanas Salazar y la de Blas Cantó? Un movimiento digno de un genio.
En caso de que la luna no sea una estrategia publicitaria para el falso documental de RTVE, nos sentiríamos profundamente decepcionados. Para qué mentirnos.
El segundo ensayo de Blas Cantó en Eurovisión ha manifestado dos cosas. La primera, que cuando hablaban de las tres puestas en escena, jugaban al despiste. La actuación en Blas y amigos a Eurovisión fue la misma que la del live on tape. Y la que veremos el sábado 22 de mayo no distará mucho de estas. Y cuando hablamos de nueva puesta en escena, nos referimos al concepto. Al final, la idea es la misma. Espectacular.
La luna y sus fases representan el círculo de la vida, ha comentado Ana María Bordas en rueda de prensa hoy. Todo un detalle explicar la puesta en escena, como ya hiciese Natalia Gordienko para explicarnos que el cuadrado en el que canta es un terrón de azúcar. En Eurovisión está casi todo visto, eso es cierto. ¿Pero una pelota de 6 metros? Al final, siempre encontramos la manera de innovar.
Ayer volvieron a coger fuerza las voces de algunos representantes españoles, que criticaban las trabas que tuvieron durante su camino al festival. Pero esto es incomprensible, de todas todas: Soraya hizo magia, Barei reinició el escenario ella solita y Manel Navarro estuvo un minuto de espaldas. ¿Por qué tanta queja? Somos innovadores, visionarios y vanguardia del festival de Eurovisión.
El sábado que viene, volveremos a hacer historia en Eurovisión. O al menos, así de claro queda después del segundo ensayo de Blas Cantó. Guiño, guiño. Codo, codo. Lo dejo por escrito, no vaya a ser que no se entienda la ironía.
Por cierto, podéis ver nuestro análisis del ensayo de Blas Cantó y el resto de finalistas directos aquí. También analizamos un poco más Maneskin que hemos tenido a los amigos de Eurovision IN.