¿Te gustan estas canciones? A mí, no

16 Abr, 2020

Para abrir la serie de numerosos posts que iré publicando en este maravilloso nuevo espacio, he optado por derramar algo de odio sobre algunas canciones de Eurovisión que, por lo general, agradan a todo el mundo, pero oye, a mí no tanto.

¡Hola! ¡Bienvenidos a la recién estrenada web de ‘Eurovisión y esas movidas’! No podía comenzar esta nueva aventura sin dar un poquito de caña. Así soy yo. Así somos realmente todos en el programa.

Sé que no os va a hacer ninguna gracia que empiece por un tema del 2020, edición que, muy a nuestro pesar, no se va a celebrar por la dichosa crisis del Coronavirus. «Fai rumore» de Diodato, la candidatura que debía portar Italia al Ahoy de Róterdam, es sencillamente un coñazo.

Sinceramente, no puedo comprender cómo en un festival con una selección musical tan variada como es el de San Remo, pudo ganar semejante bazofia cuando había auténticas joyas. No estoy diciendo que tendría que haber ganado «Musica e il resto scompare» de Elettra Lamborghini, no penséis mal, pero «Andromeda» de Elodie… pues igual sí. Michelle Zarrillo también llevaba, bajo mi punto de vista, un auténtico temazo con «Nell’estasi o nel fango».

No puede ser que, de 23/24 canciones en liza, entre las tres superfinalistas solo hubiese una decente, «Ringo Star» de Pinguini Tattici Nucleari. Porque «Viceversa» de Francesco Gabanni era otro bodrio… difícil de tragar, ¿eh?

¡Hala! Ya me he calentado. ¿Veis? Si es que no se me puede dejar escribir así como así, darme carta blanca a mí es un auténtico peligro.

Continúo con una propuesta que consiguió cautivar a gran parte del público en el año 2015. «A Million Voices» de Polina Gagarina se convirtió, no sé por qué, en casi un himno. La gente riendo, llorando, todas las emociones habidas y por haber, por lo visto, se desataban cuando escuchaban la melodía y la letra de la candidatura rusa en Viena.

A mí la sensación que me dio cuando vi a esa señora enfundada en un vestido blanco vaporoso de anuncio de compresas, fue que la pobrecilla lo estaba pasando mal, tenía cara de susto a la par que estreñimiento, no sé, un poco cuadro. ¡Pues con todo y con eso quedó segunda! Alucinante.

Claramente Rusia se vio beneficiada ese año por lo polémico de su actuación el año anterior con las hermanas Tolmachevy, abucheadas y boicoteadas en cierto modo por el público presente en el astillero danés tras las políticas que acababa de aprobar Putin con respecto a la homosexualidad en el país. Ver a Polina junto a Conchita en la green room… supuso una imagen muy potente en ese momento.

No digo que eso hiciese que la chavala, que canta como los ángeles, lograse un segundo puesto gracias a eso, pero la canción no tenía absolutamente nada que la hiciese destacar sobre otras muchas que sonaron en aquella edición y que fueron injustamente maltratadas como «I’m Alive» de Elhaida Dani.

¡Seguimos para bingo! Y lo hacemos con una canción que quedó tercera en 2011, «Popular» del celebérrimo Eric Saade. Este tema… ¿por qué? Es la basicada pop máxima. Lo peor es que uno busca en las propuestas del Melodifestivalen ese año y tampoco es capaz de encontrar una alternativa decente a esta cosa tan simple, porque el «In the Club» que quedó segundo, era horrible también. En fin, que Suecia ese año pasaba por momentos terribles en el terreno eurovisivo y sorprendió con tal hazaña, que precedería a la victoria de Loreen en 2012 con «Euphoria».

¿Qué pasa? Que esto sentó un precedente en el festival y en los años siguientes a la actuación de Saade tuvimos que aguantar a sus homólogos en otros países, tales como Tooji con «Stay» por Noruega en 2012 —de las peores actuaciones que uno puede recordar—, o Ryan Dolan con «Only Love Survives», otro cuadro de comedor.

Bonus tracks

Para culminar esta primera columna de opinión, un 2×1. Volvemos a viajar hasta la Rusia de mi amado Philip Kirkorov para hablar de un íntimo amigo suyo y de dos canciones producidas por su persona. Sergey Lazarev representó a la nación más grande del planeta con «You’re the Only One» en 2016 y con «Scream» en 2019, cosechando dos terceros puestos. Y demasiado me parece.

Maravillados, atónitos, de pasta de boniato afirmaron haberse quedado los eurofans al escuchar la primera de las candidaturas de Lazarev, un tema que, si bien está construido de forma adecuada, se reprodujo en el Globen con una puesta en escena calcada a la de Bielorrusia 2007 con Koldun y «Work your Magic» —también de Kirkorov— mejorada gracias a las tecnologías existentes en aquel momento. Es decir, copiarse a uno mismo, ¡válgame!

De la otra, poco más que decir que una auténtica decepción. Ver a Sergey cantando el tipo de canción que es «Scream» —por no hablar del videoclip que, aún a día de hoy, sigo sin entender qué relación guarda con el tema—, la puesta en escena de Tel Aviv con el cargamento de espejos de Ani Lorak que Tamara Todevska supo aprovechar —¡y sin espejos! —.

No me gusta usar la palabra sobrevalorado, pero en este caso no me queda más remedio, pues un producto que veo inflado por el público y que no llega realmente a transmitir, es artificial, hecho para aniquilar al rival… sin éxito, afortunadamente.

Hasta aquí mi primera incursión en esta, la nueva web del Movidas que de todo corazón espero y deseo que disfrutéis tanto o más como nosotros haciéndola. Un trabajo de muchos meses, alentado, todo hay que decirlo, por la gran acogida que ha tenido nuestro podcast en tan pocos meses.

¡Gracias!

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